Cambiar las lámparas comunes por las de bajo consumo (si cada casa de los Estados Unidos cambiara sólo una lámpara, equivaldría a sacar de circulación a un millón de automóviles).
Apagar el PC por la noche o cuando no se use, al igual que otros electrodomésticos (la mayoría consume electricidad aunque no se los esté utilizando).
No enjuagar excesivamente los platos y elementos de cocina (una enjuagadora eléctrica usa 70 litros de agua y mucha corriente).
No precalentar el horno si no es necesario ni dejar la tapa abierta (al abrir la tapa para ver cómo está la comida, se escapan varios billetes en forma de calor).
Reciclar vidrio (tarda un millón de años en descomponerse, y es responsable del 20% de la contaminación del aire y del 50% de la del agua).
No usar pañales desechables (hasta que un niño aprende a ir al baño, usa entre 5.000 y 8.000 pañales, generando millones de toneladas de desechos no degradables).
Secar la ropa al sol (además de ahorrar recursos y dinero, protege mejor la ropa, no se decolora ni se arruga).
Lavar con agua fría y sólo con el tambor lleno de ropa (la energía que desperdician los lavarropas es equivalente a un millón y medio de litros de gasoil por día... ¡sólo en EEUU).
Usar servilletas de tela (¿es necesario explicarlo? Bueno: cientos de miles de millones de kilos de papel pueden ser ahorrados por día en todo el mundo).
Aprovechar el papel al escribir, imprimir ambos lados de cada hoja, reciclar o comprar papel reciclado o usar papel electrónico (un oficinista desperdicia 75 Kg de papel al año).
Reciclar los periódicos (el 70% de ellos se tiran a la basura; reciclar un día de periódicos salva millones de árboles por semana).
Usar envoltorios alternativos, reusar el papel de regalo, ser creativo.
Rellenar las botellas de agua (el 90% de las botellas de plástico no son reciclables y una sola botella tarda millones de años en descomponerse).
Tomar duchas en lugar de baños (un baño de inmersión requiere más del doble de agua que una ducha y requiere más energía para calentarla).
Cepillarse con la llave cerrada (el agua perdida durante las cepilladas de dientes representa el 1% del consumo mundial).
Tomar duchas más cortas (cada minuto menos de ducha puede ahorrar hasta 45 litros de agua).
Plantar un árbol (es bueno para el aire, la tierra y los animales, produce sombra, frutos y flores y hasta eleva el valor de una propiedad).
Usar el control de crucero del coche o dosificar la velocidad (la aceleración indiscriminada y las altas velocidades gastan el 15% del combustible).
Comprar artículos usados o de segunda mano (todo eso terminará tirado y generará gastos millonarios innecesarios tanto en la producción como en la adquisición de artículos nuevos).
Comprar comida local (la polución y el derroche económico producto de llevar un alimento desde la planta hasta tu mesa es increíble; comprando en mercados que auto-producen sus alimentos también ayuda a la economía local).
Ajustar el termostato (usar un grado menos de calefacción en invierno, o uno menos de refrigeración en verano puede ahorrar... ¡el 10% de la energía total consumida!).
No usar vasos desechables (al pedir un café en el trabajo, por ejemplo, se puede pedir una taza normal, que, además, mantiene mejor la temperatura de la bebida).
Combinar los quehaceres (uniendo varios viajes en uno, se puede ahorrar combustible -propio o del transporte público-, dinero y, especialmente, tiempo).
Apagar la luz. Básico (además, en verano, las lámparas contribuyen a calentar el ambiente).
Cuidar el parque, patio o simplemente el pasto de la vereda (regar las plantas a la mañana ahorra agua, porque no se evapora tan rápido).
Cuidar espacios públicos (si no hay cestos de basura en la playa, la plaza u otros lugares, no está de más llevar unas bolsas de residuos; las costumbres se transmitirán a las personas que te vean en esta actitud).
Reciclar los teléfonos viejos (en promedio, la gente cambia de celular cada 18 meses, lo que significa un residuo de 130 millones de teléfonos al año, generando grandes focos tóxicos; hay numerosos programas de reciclaje).
Hacerle mantenimiento al auto (no sólo se extiende la vida del coche, si no que se previenen o reducen las emisiones tóxicas y se ahorra combustible; también, hacer una limpieza de objetos innecesarios en el auto reduce el peso y la energía necesaria).
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